El anhelo que la capital de la provincia de Buenos Aires tuviera un estadio de fútbol se remonta muchos años atrás, en 1947, cuando el entonces gobernador Domingo Mercante expropió el predio ubicado en el cruce de las avenidas 25 y 32 y conformó el Complejo Deportivo La Plata.
En 1972, al proponer a La Plata como subsede de la Copa Mundial de Fútbol de 1978, el Estado Nacional promovió el primer Concurso de Anteproyectos para la realización de la obra. Sin embargo la misma no llegó a concretarse.
En abril de 1992 se constituye la Fundación Estadio Ciudad de La Plata, con el objetivo de convocar a un Concurso Nacional de Anteproyectos para construir un estadio que fuera compartido por los clubes de primera división de la ciudad: Estudiantes y Gimnasia. Entre los 79 trabajos presentados, se otorga el Primer Premio a la propuesta del Estudio de Arquitectura Roberto Ferreira y Asociados.
En la propuesta, Ferreira va a decir que "la forma del Estadio surge de la intersección, del choque de dos círculos. Es un Estadio con dos centros, con dos sectores que entran en conflicto, en superposición, y el proyecto es la resolución de ese conflicto en términos de arquitectura. La forma simboliza así, la dialéctica entre clubes, pero resolviéndolo en singular "empate".
También definirá que otra de la decisiones importantes del proyecto fue no construir el estadio a partir de gradas prefabricadas que se apoyan en una estructura de soporte, sino la de erigirlo como una operación de modificación de la topografía. "En lugar de la utilización de técnicas de construcción de edificios, se propone el empleo de una tecnología de construcción de una obra civil, de ingeniería. Los primeros teatros, los primeros estadios, establecieron una particular relación entre arquitectura y topografía, geometrizaban un espacio natural".
El Estadio requerido en las bases del Concurso había sido realizado sobre las necesidades de los clubes de fútbol y preveía un domo con una capacidad de 32.000 espectadores, repartidos en 14.000 espectadores sentados y 18.000 de pie. En el caso que se dispusieran butacas para la totalidad de las gradas, se hubiera llegado a una capacidad de 23.000 asistentes, muy por debajo de los mínimos exigidos para partidos definitorios de orden continental.
Entre septiembre de 1993 y fines de 1994, se desarrolla el proyecto del Estadio y se elaboran los documentos de licitación para contratar la ejecución de las obras. Pero, en el marco de las obras de rejerarquización de la ciudad de La Plata (terminación de la Catedral y del Teatro Argentino, entre otras) se propone la modificación del proyecto para convertir al estadio en un complejo multipropósito, ampliando su capacidad a 40.000 personas sentadas y la inclusión de un techo “fijo y translúcido” con un sistema de césped transportable .
El arquitecto Roberto Ferreira realiza la adaptación del proyecto y , en junio de 1996, la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires sanciona una Ley estableciendo que será el Poder Ejecutivo el administrador y ejecutor de las obras del Estadio a través de la Unidad Ejecutora Estadio Ciudad de la Plata con el objeto de ejecutar, coordinar y supervisar las obras.
El 24 de septiembre de 1997, Astillero Río Santiago inicia las tareas de construcción de las piezas de acero y, posteriormente, el montaje del Anillo de Compresión de la Cubierta. El 23 de febrero de 1998, la Unión Transitoria de Empresas (UTE) formada por SADE (luego SKANSKA) y ECODYMA, inician los trabajos de la obra civil del estadio.
Hacia 2001, a raíz de la crisis económica en el país, las obras se paralizan. Luego, se llamó a una nueva licitación para la adjudicación de la inversión con vistas a la habilitación del Estadio en mayo de 2003. La inauguración se realizó el 7 de junio de ese año.
Finalmente, el 17 de febrero de 2011, se inauguraron las últimas grandes obras realizadas en el domo, entre ellas el montaje del techo, el campo de juego modular, el sistema lumínico, más de 150 palcos y cuatro pantallas gigantes.